IA & Educación

En estos tiempos donde es fácil acceder a la Inteligencia Artificial (IA) como generador de cualquier documento, programa, dibujo y un largo etc. de imaginativas aplicaciones, debemos preguntarnos sobre la ética de conductas, que faltas de una educación tecnológica, pueden poner en riesgo muchas cuestiones convivenciales y morales.

Recientemente hemos conocido el caso de como la IA está detrás de caso acontecido en Almendralejo donde se han realizado montajes fotográficos de niñas adolescentes con un marcado carácter sexual, que demuestran el mal uso de la IA y que pueden arruinar las vidas de las personas implicadas.

El uso adecuado de la IA ligada estrechamente con la ciberseguridad es un caso de uso en el sentido contrario, sin obviar que puede también usarse desde una visión ciberdelictiva, donde la ciberseguridad y la IA puede ayudar en la detección de las amenazas mediante la detección de patrones maliciosos, que pueden venir a través del uso del ciberespacio, facilitando la respuesta y las medidas a implantar, antes de que afecten a los sistemas y recursos de personas y empresas.

Hace unos días conocimos que la propia ChatGPT, creada por OpenAI, no está libre de ciberataques, haciendo que nos hace cuestionemos la propia seguridad de plataformas de IA. ChatGPT sufrió un ataque de denegación de servicio (DDOS) dejando la aplicación fuera de servicio durante horas. El ataque de denegación de servicio ha sido reivindicado por el grupo de hackers Anonymous Sudan. Y anteriormente también sufrió una filtración de datos personales y de cuentas vinculadas a ChatGPT según confirmó OpenAI.

Este segundo caso de filtración de datos nos acerca a la prudencia a la hora de exponer nuestros datos personales, ya que pueden ser vendidos públicamente en «redes oscuras» o ayudar a generar deepfakes como en el caso de Almendralejo.

Analizado los pros y contras de la IA, debemos volver a incidir en el aspecto educacional para evitar el mal uso que se pueda generar. Al ser herramientas novedosas para el gran público y no estar “completamente enseñadas” desde un punto de vista ético, sino más bien desde un punto de vista aséptico para dar respuesta a peticiones concretas, dejan la responsabilidad al propio usuario respecto a la decisión de si usas la IA con propósitos éticos y educativos, o la aplica en sentido contrario.

También hay que tener en cuenta que no siempre las respuesta de la IA son correctas y pueden también generar problemas en la imagen pública de las personas.

Ya que es difícil que todos los usuarios se rijan por una conducta ejemplar, y siendo fácil encontrar aplicaciones para un uso con propósito delictivo o la aplicación sin la conciencia del daño a provocar, al considerar la herramienta como un “juego”, a pesar del poder que pueden ejercer, es por lo que se hace cada vez más necesario regular la IA y educar a los usuarios, con el fin de evitar su uso fraudulento como en el caso de Almendralejo.

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